
¿Desde cuándo existen las abejas?
Las abejas son insectos muy sociales, que viven en colonias con una estricta jerarquía de tres niveles sociales: reina, compañeras de cría y abejas obreras. Su presencia es fundamental para garantizar la existencia, gracias a que son grandes polinizadores.
Si te interesan estos insectos, sigue leyendo para que descubras desde cuándo existen las abejas, dónde y cómo viven, y los inicios de la apicultura en los pueblos antiguos.
Los orígenes de la abeja melífera
Originalmente, las abejas melíferas eran avispas que renunciaban a buscar alimento para proveerse de polen y miel y cuidar de sus crías. Estas avispas podían consumir néctar y recoger polen, pero hace unos 100 millones de años empezaron a separarse de las verdaderas avispas depredadoras.
Las abejas sociales del género Vespula existen desde hace 10-20 millones de años, a partir del Mioceno, mucho antes de la aparición del ser humano. Estas abejas prehistóricas tuvieron que soportar periodos de frío y calor extremos durante sus millones de años de evolución en la Tierra.
Su instinto de supervivencia les permitía acumular grandes reservas en épocas de hambruna mientras se defendían de los depredadores, como las aves y mamíferos, incluidos los primeros reptiles, los dinosaurios y más recientemente, los osos de las cavernas y los humanoides.
¿Cómo evolucionaron las abejas?
En la actualidad existen unas 20.000 especies diferentes de abejas. Hace millones de años, estos insectos se comportan de forma diferente y tenían hábitos distintos.
Se cree que la primera especie de abeja fue el abejorro, que se alimentaba de insectos distintos de la miel y el polen. Ahora se sabe que las abejas son animales «vegetarianos», lo que significa que solo se alimentan de material vegetal y floral y de ninguna otra especie.
Las abejas son las principales responsables de la polinización, ya que vuelan constantemente de flor en flor. Esto último es muy importante para el planeta, ya que permite el florecimiento de especies vegetales.
Por tal motivo, las abejas son responsables de la variedad de flores que puedes disfrutar hoy en día.
Muchas plantas no pueden autopolinizarse y sin la ayuda de las abejas la acción del viento no sería eficaz. Como resultado, las plantas experimentaron un importante proceso evolutivo. Las flores se volvieron más coloridas y vibrantes para atraer más abejas.
¿Dónde y cómo viven las abejas?
Las abejas viven en colmenas que pueden contener más de 100.000 individuos. Estas colmenas están formadas por células hexagonales y pueden contener muchos objetos no porosos.
En estas colmenas, las abejas son un claro ejemplo de orden y jerarquía, ya que la división del trabajo entre las abejas obreras es muy eficaz. Las diferentes abejas que viven en las colmenas realizan los siguientes trabajos.
Proteger la colmena
Las abejas pueden picar a los intrusos con su veneno. Por desgracia, las abejas suelen sufrir lesiones mortales durante la protección de la colmena, provocando su muerte.
Ventilar la colmena
Las abejas utilizan el batir de sus alas para crear corrientes de aire que ventilan la colmena a un ritmo de 25.000 veces por minuto.
Polinización
También se encargan de intercambiar el polen entre las flores, con la finalidad de incentivar su reproducción, lo cual es esencial para el mantenimiento de la vida sobre la Tierra.
Producir miel
El néctar almacenado en la colmena es el segundo estómago de las abejas y se traslada a la colmena, donde las abejas obreras producen miel transfiriendo de boca en boca.
Para obtener una cucharada de miel, las abejas visitan una media de 4.000 flores. Las abejas utilizan el sol como brújula para encontrar flores e incluso bailan para mostrar la ubicación de su alimento.
Producción de jalea real
La jalea real se produce en la glándula sub faríngea de la cabeza de la abeja obrera. Todas las abejas reciben jalea real durante los tres primeros días de vida, pero solo la abeja reina la recibe durante el resto de su vida.
Uso de la miel en la población antigua
El ser humano utiliza la miel desde hace unos 12.000 años. Las pinturas rupestres demuestran que se recolecta miel desde la prehistoria.
Muchas pinturas rupestres de alrededor del año 5000 a.C. muestran a personas rodeadas de abejas voladoras dispuestas a recoger miel de los troncos de los árboles. Al otro lado hay una cesta en la que depositaban su cosecha.
A los antiguos les gustaba tanto que se arriesgaban a ser picados. Pruebas fascinantes sugieren que la gente empezó a utilizar técnicas con gas para repeler a las abejas durante la cosecha de miel.
Los dibujos rupestres de principios de la era cristiana pueden ser la prueba más antigua del uso de la fumigación para la apicultura.
La apicultura también era muy importante en la Alta Edad Media. Las abejas se criaban no solo para producir miel, sino también para otros fines. Algunos monjes intentaron criar abejas para producir cera, muy útil para fabricar velas.
La cera de abejas era muy importante y se utilizaba para fabricar grandes velas para las iglesias.
El papel de las abejas siempre ha sido muy importante para el planeta y para la humanidad. De hecho, las abejas son los únicos insectos que producen alimentos que los humanos pueden comer.
La miel no solo es un aromatizante natural, sino que también tiene muchas propiedades antisépticas y antibióticas que la hacen única y especial.