La ciencia nos enseña a ahorrar energía eléctrica y gas natural en casa
En la actualidad, observamos como constantemente va a incrementándose la demanda de energía eléctrica y de gas natural a través del uso de electrodomésticos, algunos con un mayor nivel de consumo que otros, pero todos con un uso importante y determinado para lograr una mayor comodidad en el hogar, en la misma medida que esto incrementa, se hace necesario elevar los niveles de producción de estos recursos, lo que se traduce en una desventaja externa o indirecta en una mayor contaminación con el planeta y en el interno o directo como no, del pago de un alto coste por el servicio de luz y de gas natural y es aquí donde la ciencia nos puede ayudar.
Pero, ¿cómo la ciencia puede ayudarnos a ahorrar?
La respuesta a esta pregunta sería muy difícil de resolver, así que deberíamos preguntarnos, ¿qué puedo hacer a partir de ahora para ahorrar?… aquí comienza el camino de la conciencia del uso adecuado destinado al ahorro de energía que sin duda alguna nos trae beneficios.
Para ello, debemos tener conocimiento de lo que podemos hacer con nuestros electrodomésticos y con los aparatos de calefacción que utilizan gas natural, es por esto que hemos destinado este espacio para dar algunos consejos sencillos y fácilmente aplicables dentro del hogar.
¿Cómo nos enseña la ciencia a ahorrar gas natural?
Primero es básico que en el área de la cocina, tengamos el equipo que realmente utilizamos.
Cuantas veces no hemos visto cocinas que en su interior están llenas de objetos que poco o rara vez se usan e incluso que solo están ahí de adorno y peor aún, que pueda estar conectadas continuamente a una toma de corriente sin hacer el uso de ellas de manera activa, esto consume no solo gas sino también energía eléctrica, recordemos que al tener una cocina más equipada la utilización de energía se hace mayor.
Otro punto importante, es el mantenimiento de las hornillas, tenerlas limpias y en buen estado, lo que conlleva una mejor utilización del calor.
Por su parte las ollas que se van a utilizar deben ser buenas conductoras de calor como de metal o de cerámica y estas también deben tener un mantenimiento cada cierto tiempo, tal como preservar el brillo exterior de las ollas y sartenes para reflejar más calor.
Las ollas para una mejor utilización del calor deben ser de un tamaño considerable que permita que no se escape a través de los lados las llamas producidas por los fuegos ya que genera una pérdida de calefacción, además debemos mantener lo que sea posible las ollas tapadas, generando una mejor cocción en los alimentos a través del vapor.
Del mismo modo, se recomienda hacer lo mismo cuando se utiliza el horno, resulta ahorrativo apagar el horno antes de tiempo para que el calor interno restante se encargue de la cocción. Además no abrir a cada rato el horno conlleva a que no se pierda calor
Así mismo, es recomendable el uso de ollas a presión debido a las altas temperaturas que almacena dentro de ella lo que permite cocinar con mayor rapidez, menos fuego y un ahorro de hasta 50% en gas.
¿Cómo ahorrar en energía eléctrica?
Para consumir la energía eléctrica necesaria, hay que tomar en consideración que en el día, se debe mantener todas las luces apagadas al menos que sea de estricta necesidad, resulta un deber si queremos ahorrar en las facturas y contribuir con el ambiente que al salir de las habitaciones apaguemos las luces.
Si es posible, cambiemos las clásicas bombillas incandescentes por bombillas ahorradoras, ya que gastan menos electricidad y proporciona menos calor.
En este caso podemos decir, que más que ciencia esto es sentido común.